Alrededor de un tercio de los 90,000 pacientes con epilepsia estimados en el país no responden a los tratamientos. Eso los hace candidatos a que sean sometidos a cirugía para controlar las alteraciones eléctricas cerebrales provocadas por la enfermedad, asegura el neurocirujano José Orlando Bidó Franco.
El profesional, cuyo equipo ha intervenido con éxito a alrededor de 20 individuos con epilepsia de diferente origen y manifestación, afirma que se ha logrado controlar la crisis en cerca de un 90 por ciento, “habiendo inclusive pacientes sin convulsiones por más de tres años tras la operación”, asegura.
“Los resultados son muy halagüeños. Quienes responden mejor son las personas con lesiones evidentes o localizadas en el lóbulo temporal del cerebro”, expone.
La epilepsia resistente a fármacos o refractaria se presenta en unos treinta mil dominicanos de uno y otro sexo, en los cuales perduran las crisis a pesar de recibir tratamiento adecuado; “o ameritan dosis tan altas que los efectos colaterales los incapacitan para el desarrollo de una vida normal”. Bidó Franco, especialista en cirugías de la epilepsia, indica que los pacientes con este trastorno de manera refractaria, deben ser sometidos a rigurosas evaluaciones neurológicas y neuropsicológicas, así como a estudios de resonancia y videoelectroencefalografía.
En un elevado porcentaje, los casos refractarios de la enfermedad obedecen a una lesión cerebral discreta y localizada. Al interpretar la información que arroja el videoelectroencefalograma, los neurofisiólogos pueden definir la relación exacta entre las lesiones encontradas en la resonancia magnética y el origen de las crisis epilépticas.
SÍNTOMAS DE EPILEPSIA
Cómo controlar la crisis
Para Bidó Franco, de los centros médicos Obstetricia y Ginecología, y El Moderno, la epilepsia se caracteriza por alteraciones en la activación eléctrica del cerebro, las cuales ocasionan convulsiones de diferente tipo, dependiendo de la región cerebral lesionada.
La epilepsia es ocasionada por infecciones, traumas, lesiones vasculares o de oxigenación del cerebro durante la vida fetal o el parto; por alteraciones en el desarrollo de porciones del cerebro, por pequeños tumores o por malformaciones vasculares.
“En la mayoría de los casos, la enfermedad puede ser controlada con medicación antiepiléptica o anticonvulsiva, que los pacientes deben tomar de manera regular, muchas veces de por vida; pero alrededor de un tercio de ellos requerirá de cirugía para controlar las crisis”, concluye el neurocirujano.
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