“Tengan valor: yo he vencido al mundo”. La incomprensión y la duda en los creyentes de todos los tiempos hace mella en el compromiso que han de asumir éstos, para construir el reino de Dios en la tierra. No obstante, este misterio irá desvelándose progresivamente, cuando demos mayor participación al Espíritu y no a nuestros propios criterios. El amor de Dios y su oferta de salvación dirigida al mundo es el mejor negocio que se puede hacer.
FUENTE: La Vida/listindiario.com
0 comentarios:
Publicar un comentario