lunes, 12 de mayo de 2014

Salud Una patología muy agresiva

La leucemia aguda mieloide tiene en los países occidentales una incidencia de 2.2 nuevos casos por 100,000 habitantes al año. Su incidencia aumenta con la edad.
aría Jesús Benzo
Santo Domingo
La leucemia mieloide aguda (LMA) es una proliferación neoplásica de células inmaduras de estirpe mieloide, que se produce por una alteración en la regulación del crecimiento y la diferenciación de las células hematopoyéticas. 
Esta alteración provoca la acumulación de precursores inmaduros, que han perdido su capacidad de diferenciación a células hematopoyéticas maduras. Por consiguiente, la médula ósea es ocupada por células tumorales que impiden una hematopoyesis normal y da lugar a la aparición de una insuficiencia medular. Puede  también invadir otros órganos como el hígado, el bazo y en algunos subtipos afectar el sistema nervioso central requiriendo un tratamiento profiláctico. 
Esta es una patología agresiva, se desarrolla de manera aguda y sus signos y síntomas aparecen de manera rápida y abrupta.
La década de los 80 fue muy importante en este campo pues se logró realizar un refinamiento diagnóstico con la introducción de técnicas de inmunofenotipo, citogenética y biología molecular, lo que permitió que a partir de los 90 se desarrollaran protocolos terapéuticos ajustados al riesgo del paciente, logrando que entre el 60% y el 80% de los adultos con LMA consiga una remisión completa. 
Cuando hablamos de remisión completa nos referimos a la desaparición de toda evidencia clínica y biológica de la enfermedad. 
Lamentablemente solo del 30% al 40% de estos pacientes está vivo y libre de enfermedad a los 5 años. 
Estos datos indican que hay que continuar estudiando la fisiopatología de esta heterogénea enfermedad y los factores pronósticos que permitan individualizar los tratamientos y desarrollar nuevos fármacos.
El caso de la leucemia promielocítica aguda o también llamada LAM-M3 ilustra muy bien los logros en este sentido, pues su tratamiento es un ejemplo de lo que es la terapia molecular dirigida, que es a lo que se quiere llegar en el tratamiento del cáncer. 
Incidencia
La LMA tiene en los países occidentales una incidencia de 2.2 nuevos casos por 100,000 habitantes al año. Su incidencia aumenta con la edad, siendo más frecuente en la quinta y sexta década de la vida. Causa el 1.2% de la mortalidad por cáncer. La etiología en muchos casos es desconocida, pero sí sabemos que  la exposición a agentes como el benceno y el trabajo en industrias de pintura y calzado pueden favorecer el desarrollo de este tipo de leucemia. Igualmente es la neoplasia que con más frecuencia se asocia a las radiaciones ionizantes. Haber recibido tratamiento oncológico con quimioterapia también aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad. 

El cuadro clínico es evidente. El paciente presenta alteración importante del estado general de instauración rápida que le imposibilita desarrollar su vida de manera normal, debido al cansancio excesivo por la anemia severa que es responsable de muchos de los signos y síntomas, entre ellos cefalea, vértigo, disnea y taquicardia. Además, el paciente presenta trombocitopenia, disminución de plaquetas que produce manifestaciones hemorrágicas muy elocuentes. 
El paciente sangra por la nariz (epistaxis) y por las encías (gingivorragia), además de hematomas en la piel, estos signos hemorrágicos y el cansancio excesivo son la causa por la que la mayoría de los pacientes acuden al médico y al hacer el hemograma se observa la presencia de la anemia, trombocitopenia y aumento de  los glóbulos blancos. En ocasiones se puede presentar en el hemograma la presencia de precursores mieloides inmaduros, llamados blastos que son las células de protagonistas de las leucemias agudas.
La autora es gerente de Hematología del Hospital General de la Plaza de la Salud.
FUENTE: La Vida/listindiario.com
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