jueves, 12 de marzo de 2015

PRENSA JOVEN Las niñas de Baní siguen desprotegidas

Massiel Mercedes 
Baní, Peravia
“Las hermanas lo mantienen limpio, reluciente y ordenado. Por eso las autoridades municipales y las del Ministerio de Salud Pública creen que allí no se necesita nada. Pero se equivocan. Allí hace falta mucho, casi todo”, así lo expresa José Miguel Germán, presidente de la Sociedad Alianza Banileja al refrirse al “Hogar de Niñas Hijas de la Altagracia”.


Cuenta que de los RD$35,000 pesos mensuales que reciben las religiosas por parte del gobierno, gastan solo en energía eléctrica RD$16,000 pesos. Ante esta realidad se pregunta: ¿Se puede comer, comprar ropa, lavar, planchar, limpiar, cuidar, educar, ordenar, hacer programas de salud y recreativos para beneficiar a las 25 internas con los RD$19,000 pesos restantes?”, dice Germán, una de las principales figuras de la provincia Peravia que ha luchado por aumentar la calidad de vida del orfanato.
Es bueno recordar que, en ocasiones anteriores, LISTÍN DIARIO se ha hecho eco de la precaria situación económica y asistencial por la que atraviesa el “Hogar de Niñas Hijas de la Altagracia”, ubicado en la comunidad del Llano en Baní, y dirigido por sor Margarita Méndez, en compañía de sor Daris Reyes y sor Aderma Santos. Durante un recorrido por las instalaciones del centro, se pudo conocer que, gracias a estas hermanas algunas entidades locales como la Fundación Farach, Peravia Industrial, Induban y el Club Rotario aportan pequeñas sumas mensuales para sostener las grandes necesidades que allí existen.
“Este hogar fue fundado el cinco de agosto de 1984, por sor Margarita Martínez, miembro de la congregación Hermanas Hijas de la Altagracia, y apoyado por varias instituciones de la comunidad. Y a sus 30 años no ha parado de funcionar ni de acoger a las niñas desprotegidas de su ambiente familiar”, explica Germán.
Es a través de su misión altruista que facilita a estas un proceso de formación integral, basado en los valores humanos, morales y cristianos. De manera que en el futuro puedan ser mujeres de bien para la sociedad.
La institución acoge niñas en edades que oscilan entre los tres años hasta los 18, que hayan quedado huérfanas, o hayan sido abandonadas. Otras menores que pueden ser acogidas por el hogar, son aquellas que, por alguna razón no tienen quién las proteja. Aquí se encargan de brindarles alimentación, salud, atención psicológica, educación y recreación, informa sor Margarita.
El centro cuenta con un personal muy limitado. Dispone de un chofer que lleva y recoge a las niñas al colegio. Además, tienen una cocinera. Por fortuna la solidaridad le sonríe, y es ahí cuando entra la labor que desarrolla de manera gratuita, una pediatra de Baní.
Para obtener ayuda con los gastos del hogar, sor Margarita busca la colaboración de personas que quieran aportar o apadrinar a las niñas del centro. Y sí que hay quienes extienden su mano amiga, pero para darles a las menores una mayor calidad de vida, falta voluntad gubernamental que ampare el futuro de estas pequeñas. “Son tantos los deseos que tenemos de verlas bien, que no dudamos en enfrentar y afrotar grandes peripecias para lograr el objetivo”, puntualiza.
Trabajan con la visión de convertirse en un hogar que ofrezca a las niñas una formación integral, de manera que desarrollen las capacidades necesarias para insertarse con eficiencia en la sociedad y en el campo productivo laboral.
Infraestructura
El hogar es bastante amplio. Cuenta con dos niveles: en el primero están las habitaciones de las más pequeñas, baños, sala para ver televisión y recibir visitas, oficinas, comedor, un espacio para hacer las tareas, cocina, y un área recreativa. En el segundo piso, tienen las habitaciones de las adolescentes, la biblioteca, la capilla, una sala digital, donada por la compañía telefónica Orange, y dos salas de estar. Aunque tienen capacidad para recibir a 40 niñas, por las precariedades que atraviesan, solo pueden albergar a 25 infantes.  

Promesas incumplidas
Para Germán, es penoso ver cómo técnicos locales pertenecientes al Ministerio de Salud Pública, van y vienen sin tomar medidas al respecto. Con su actitud dejan claro que la calidad de vida de las 25 niñas que residen en el hogar, no les interesa, como tampoco la suerte de otras que pudieran vivir allí, pero que por las condiciones de precariedad, no pueden asumir las hermanas que dirigen el centro”.

UNIR VOLUNTADES PARA ALEGRAR LA INFANCIA
Un personal designado por el Despacho de la Primera Dama ha visitado en dos ocasiones la institución para hacer el levantamiento correspondiente respecto a las necesidades del centro. Sin embargo, todavía no ofrecen las respuesta de lugar a las hermanas. 

Sor Margarita Méndez, directora del hogar, cuenta que le pidió a las autoridades del Ministerio de Salud Pública, el nombramiento de un personal para el hogar. Detalla que solicitó 14 personas, entre ellas, tres niñeras. “No nos han respondido, pero no perdemos la esperanza de que nos asignen aunque sea a siete personas. 
Esta solicitud ya la hicimos también”. En el hogar solo hay tres hermanas que asumen la total de responsabilidad del cuidado físico, moral y espiritual de las niñas. Ellas lidian día a día con la realidad de tener que vivir sin sus padres o familiares cercanos. Tienen el amor y el cuidado de las hermanas, pero les falta la voluntad y el apoyo gubernamental.
                                           FUENTE: La Vida/listindiario.com
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