“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Dios es muy chusco, pues su salvación llega desde un lugar humilde, fuera de las grandes instituciones religiosas de Israel. Todo es obra del Espíritu, que como poder o fuerza de Dios realiza lo que se creía imposible. María, con su obediencia a la palabra de Dios y como prototipo ideal del creyente sirve de instrumento para que el Emmanuel, el Dios con nosotros, se haga presente.
TRIBUNA ABIERTA
FUENTE: La Vida/ListinDiario.com
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