Religiosidad Imagen de 'La Virgen María en América'

Obra. Esta es una de las que conforman la muestra de José Morillo. SE EXPONE EN EL MUSEO DE LA ALTAGRACIA Virginia Goris Especial para LD Santo Domingo José Morillo, el representante destacado de la pintura naíf, primitiva o ingenua, como definimos al género que el lidera con luz propia, expone en la actualidad su muestra titulada La Virgen María en América, contentiva de 30 piezas, enmarcadas en el arte sacro dominicano, un aporte valioso para recordar la advocación mariana a propósito de la celebración de la Semana Santa, fecha en la que se conmemora la muerte en la cruz de Jesús, y recordamos el dolor inmenso que le produjo a su madre la Virgen María, recreada por el artista. La muestra está colgada en el espléndido Museo de la Altagracia construido en el área contigua a la Basílica de Higüey, y dirigido por Sergio Barbieri, quien motivó en el expositor a trabajar en la hermosa temática, basado en la rica y variada iconografía, y recordando que la devoción mariana comienza después de la llegada de los colonizadores y en el país la devoción a la Virgen de la Altagracia comienza en el 1508. A medida que avanza la evangelización surgen nuevas adoraciones: Guadalupe (México), Chiquinquirá (Colombia), Copacabana (Bolivia), Caridad del Cobre, (Cuba), Lujan (Argentina), Aparecida de Norte (Brasil), las que al correr del tiempo fueron declarada Patronas de sus países.  La Virginidad de María constituye el misterio y el dogma de la Inmaculada Concepción, reafirmada por el Concilio de Trento, tema inspirador que ha servido a José Morillo para desarrollar su impronta iconográfica, de esas variaciones o advocaciones marianas, conectando con la frescura que le caracteriza con una indumentaria sacra, adicionando elementos destacados de orlas, trajes, capas, rosarios, coronas, adornaos, simbología, santos, palomas, banderas, ángeles, astros, paisajes, arquitectura rural, cruz, animales, frutas, flores, el sol y la una, son recursos vítales con los que logra el artista configurar una bella parafernalia, con la que nos conecta con el sentimiento mariano que llevamos en nuestros corazones desde la más tierna infancia                               FUENTE:  La Vida/listindiario.com.do